¿FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

¿FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS  DESEANTES?

¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

viernes, 24 de octubre de 2008

Apreciadas(os) estudiantes.

en la perspectiva de volver más accequible el documento sobre "Cuerpo y Constitución de sujeto" a propósito de la creación de textos sobre "Tercera zona", me permito publicarlos.

De igual forma les cuento que la comunidad académica ha crecido y en el blog confluyen estudiantes de Educación Inicial de la Universidad Pedagógica Nacional Arte 1 y2), de educación básica con énfasis en lenguaje de La Pontificia Universidad Javeriana (Estética-arte y Pedagogía del cuerpo y De Cuarto semestre la la Normal Superior María Montessori. allí hay una apuesta por crear comunidades académicas. De allí que se enriquezca la producción discursiva e intelectual cuando hay pares que aportan y se interesan sobre estos asuntos.

Cordialmente Fredy González

CUERPO Y CONSTITUCION DE SUJETO.

Por Fredy Oswaldo González.
Maestro en Artes Escénicas
Licenciado en Lingüística y
Magíster en literatura
(Miembro del grupo de investigación: Cuerpo y Subjetividad de la Escuela Normal Superior Distrital María Montessori)
Docente Cuerpo: Pontificia Universidad Javeriana
Docente Arte- sensorialidad Universidad Pedagógica Nacional


“No percibimos nuestro cuerpo tal como es,
sólo captamos una representación material de él,
adulterada por la mirada de los demás”

(Alejandro Jorodowski)
“La Danza de la Realidad”

La intencionalidad del presente texto es provocar algunas reflexiones en torno al cuerpo y la constitución de sujetos. Para esto, se recontextualiza el concepto de cuerpo en la sociedad actual, se hace una revisión sobre los conceptos conciencia y cuidado de sí (una mirada desde Focault), luego nos adentramos en la discusión sobre la dicotomía cuerpo-mente (indagaremos en el concepto de cuerpo como potencia) y, finalmente, esbozaremos algunas salidas no desconsoladoras: el pesimismo activo, Spinoza y el cuerpo como potencia y la constitución de terceras zonas.

EL POSCAPITALISMO Y EL CUERPO

El contexto de la provocación.

La modernidad ha hecho crisis y con ella todas sus ilusiones e instituciones. Aquellos parajes de cucañas y utopías soñados en los siglos pasados, no han estado cerca: en consecuencia, la libertad del hombre, el papel de la ciencia y del conocimiento, su economía se han ido al traste. Sólo heredamos recalentamiento global producto de un mundo que se dedicó a la usura y a la carrera desbocada por la explotación de sus recursos naturales, incluido el hombre.
El proyecto humano naufragó dejándonos múltiples preguntas que conducen, inexorablemente, a la angustia. Continúan los espacios de sujeción física ( la escuela, la fábrica, el cuartel, la cárcel) e ideológica (la publicidad, la religión, la política) . Estos son aparatos de captura que crean cuerpos correccionales. Hay una relación poder-cuerpo: la noción clásica de poder, la de corte restrictivo, represivo, que puede leerse según la cadena discurso-censura-depuración-control, da paso a una nueva relación entre saber y poder. Se continuará, de manera velada o explícita con la pena, el constreñimiento y el castigo directo, y se combinará con la invitación-seducción de los medios de comunicación hacia la compulsión por el autocuidado corporal, entregada a a lo inusitado de las cirugías plásticas y la dietética.. En esta circunstancias, en la sociedad “La cadena control-represión es desplazada por la del control-estimulación (Foucault, M. 1992b: 105). Lo cotidiano comienza a cargarse de mensajes cuyo destinatario final es el cuerpo y la invitación –sino la imposición- a trabajar sobre el propio cuerpo que llega a convertirse en la invitación publicitaria y cultural de “moldea tu propio cuerpo”, a imagen y semejanza de las necesidades de la sociedad que requiere consumidores. De esta manera , y replicando lo que la sociedad preconiza, los espacios íntimos replican la micro política de la relación poder-saber: el uniforme, las etiquetas, las maneras de disponer los cuerpos para la producción en serie, los cuerpos condenados a la inanición o al hambre, las disposiciones éticas y jurídicas, etc
Por otro lado, la disposición de los tiempos con sus horarios hacen que el individuo esté capturado por espacios de sujeción, alineación, manipulación, constreñimiento, máquina del deseo, desaparición y que está formado, moldeado y sujetado de acuerdo a la cultura y religión.

Cada uno porta un cuerpo que el afuera condiciona por normas de conducta, reguladas por la convencionalidad y las presiones sociales. En los espacios curriculares de la escuela, por ejemplo, hay disposiciones para adiestrar, para mecanizar o para forzar “ortopédicamente” el cuerpo en una serie de disposiciones que, se supone, garantizan la atención, la escucha y, por lo tanto, la comprensión de los conocimientos.

En consecuencia, existen políticas culturales y educativas que terminan por domesticar el cuerpo y encarcelarlo. El cuerpo es un territorio político. El espacio escolar replica una de sus políticas: imitar el “modelo Barbie” o el “modelo Kent” pregonado por los mass media. De otro lado, éste se encubre bajo fórmulas morales y conceptos de decencia que han provocado una negación de sí mismo: desde pequeños se enseña a tener tabúes sobre la sexualidad, por ejemplo. Además, a la mujer, histórica y culturalmente, se le constituye como un objeto sexual, una máquina de labores domésticas o un adorno de la moda.

En este sentido, La educación es otro aparato de captura que ayuda a crear cuerpos correccionales al profundizar la dicotomía cuerpo-mente. Se quietan los cuerpos, supuestamente, para que el intelecto esté atento, se desconoce las posibilidades potenciales de la experiencia que involucran lo corporal y lo intelectual.

En general diríamos que estamos en una época en donde los poderes se ejercen sobre los cuerpos, ya sea controlándolos, ya sea sujetándolos, ya sea vigilándolos o exterminándolos. Esto es , abordar, el cuerpo como cosa inanimada, para ello, citemos algunas evidencias:

La realidad colombiana es diciente en cuanto al exterminio y la vejación del cuerpo: niños con sus miembros cercenados por las minas quiebra patas, vejación de los cuerpos, incluso después de muertos, (descuartizamientos, desapariciones para no dejar vestigios de los asesinatos producidos en serie) altos índices de maltrato infantil, etc.
Hay pasos que se dirigen a abordar directamente el sujeto como una cosa : el hair dressing, la dietética, los aeróbic, el body bulding, la cirugía plástica y la ingeniería genética .
Otras maneras de sujetar veladamente los cuerpos. A este respecto los deportes de alta competencia, los juegos de vértigo, los juegos de mimesis disponen de otra manera los cuerpos creando nuevas velocidades, cambiándose la identidad, buscando altas dosis de adrelanina para satisfacer el discurrir vertiginoso de los tiempos.
El cuerpo se ha encubierto bajo fórmulas morales y conceptos de decencia que han provocado una negación de sí mismo.
Desde pequeños se nos enseña a tener tabúes sobre la sexualidad y el cuerpo
La mujer históricamente ha sido construida como un objeto sexual, una máquina de labores domésticas, un adorno de la moda.
En la infancia se nos enseña lo que es bueno y malo, bello y feo, aceptable e inaceptable y normalmente, luego defenderemos estos cánones de virtud, belleza y corrección.
Particularmente los órganos genitales so objeto de fascinación y repudio, de doble moral, de obsesión secreta y desaprobación pública.
Estamos en un mundo obsesionado por el cuerpo y la publicidad está llena de referencias sexuales veladas que invitan al consumo.
Ell ser humano no se resigna a que la vida humana tiene sus propios ciclos y cadencias: sus ciclos de crecimiento y decaimiento; su juventud y su vejez. Se entroniza el modelo de “lo joven”, por encima de todo. Se mira de soslayo o con discriminación al niño o al viejo.
Con la decodificación del mapa del genoma humano , los genetistas y la clonación, se dedican a la búsqueda de la hibridación del hombre y del animal.

LA DICOTOMÍA CUERPO- MENTE: LA CONFUSIÓN INTELECTUAL.

Una primera confusión intelectual, subrayada por los abordajes que se hacen del cuerpo en la modernidad es la dicotomía cuerpo-mente. Descartes fue quien introdujo este caos intelectual, al trazar una distinción ontológica radical entre el cuerpo como extensión y la mente como puro pensamiento. Desde allí se ubicaron dos lugares de un mismo territorio. Esto, además, generó la posibilidad de que el sujeto fuese abordado en una dicotomía que lo confundiría intelectual y existencialmente: se le dijo que su cuerpo no pensaba, que su mente no era sensible, Que sólo podía conocer con los ojos, los oídos y la mente, se proscribió el tacto, la piel, el olfato como otra manera de conocer y de existir.

Además, la escuela moderna se dedicó a cultivar y a privilegiar la razón: con esto la abstracción, los conceptos y la palabra, en detrimento del cuerpo. En consecuencia, el cuerpo ha sido constreñido, sujetado, dispuesto ortopédicamente para que el intelecto, supuestamente, produzca.

Por otro lado, el positivismo y con el, el racionalismo, cercenaron el cuerpo en compartimentos para estudiarlo: la anatomía, la fisiología, la neurolinguística, etc. profundizando la diferencia marcada que había hecho la filosofía (Platón) sobre la dicotomía cuerpo-alma y que fue capitalizada por el judeocristianismo.


LA INQUIETD DE SI Y LAS TECNOLOGÍAS DEL YO

Ahora hagamos un rastreo de los conceptos de cuerpos y subjetividad. Esta indagación, de orden conceptual y nocional evidencia tanto la preocupación por la constitución de sujeto, como las primeras bases de la confusión intelectual enunciada anteriormente. Para tal efecto, es preciso abordar el diálogo: “Alcibíades” de Platón. Para esta indagación Michael Foucault, particularmente en la Hermenéutica del Sujeto,. Este, que es una compilación de algunas lecciones en el Collége de France, desde enero de 1971 hasta su muerte, deja ver las posturas de orden hermenéutico que hace dicho autor, sobre diálogos como Alcibíades, Fedro, El banquete y su intencionalidad arqueológica para abordar la actualidad de manera oblicua.

Respecto a la inquietud de sí

Con Foucault, la constitución de sujetos, se relaciona con la“inquietud de sí”. Originalmente, se relaciona con un primer despertar. Este despertar se da con algunas condiciones. Estas dos nociones se dan como un desasosiego permanente a lo largo de la vida. Para tal efecto, se vuelve la mirada hacia las cosas que conciernen y hacia las reglas y los preceptos que permiten controlar y conducir lo que se hace. Así, de manera intuitiva se observa, se detiene la mirada en el cuerpo: del exterior y del interior. Foucault no dirá que “hay que trasladar la mirada desde el exterior , desde los otros, el mundo, etcétera hacia “uno mismo” , planteando lo que en griego se conocía coma la epimeleia Keautou.[1].

En consecuencia, aquello que tiene que ver con constitución de sujeto, está referido a las acciones que se ejercen sobre sí mismo, acciones sobre las cuales se hace cargo de sí mismo, se modifica, se purifica, se transforma, incluso se transfigura. Sea a través de tecnologías del yo ( meditación, remembranza, examen de conciencia, etc) o desde afectaciones externas. Estas nociones están adosadas íntimamente cono el “cuidar de sí” que se entendería. también, con el complacerse a sí mismo, a consentirse de sí mismo.

En el diálogo que tiene Platón con Alcibíades, ubica aquellas características a partir de las cuales se podrían batir con los enemigos: la aplicación y el saber. No son ni las riquezas, ni las destrezas corporales ni, siquiera, por la educación: “ante los rivales sobre los cuales tan sólo la aplicación y el saber nos pueden dar ventaja”[2].

Platón es concluyente al plantear que “el hombre es el alma” y que “el precepto de conocerse a sí mismo, recomienda que “conozcamos nuestra alma”. Para nuestros efecto, se continúa de la mano de Focault y preguntándonos por ¿qué pasa con el ser del sujeto?, ¿se puede cavilar que cuerpo y alma son una sola cosa? ¿qué papel desempeña el deseo?. En esta discusión, es necesario mirar las cosas como el mismo platón lo sugiere, a distancia: porque un cuerpo y un alma igualmente pueden se afectados. Digamos que el cuerpo no sólo se podría concebir como un recipiente, como un instrumento o como un ente pasivo impulsado por el alma.

En el desarrollo de la expresión “ocuparse a sí mismo” Focault clara: “en realidad, quiere decir no una relación instrumental determinada por el alma en su relación con el cuerpo o con el resto del mundo”. Sino, sobre todo, la posición de algún modo singular, trascendente del sujeto con respecto a lo que lo rodea, a los objetos que tiene a su disposición, pero también los otros con los cuales está en relación, y a su propio cuerpo y a sí mismo. Aquí Foucault introduce un nuevo elementos: la relación del sujeto con los otros y con el mundo; o sea, el principio de alteridad[3]. Esto determina que el ocuparse de sí mismo tiene que ver también con acciones, comportamientos, relaciones y actitudes.

Al introducir este componente, las prácticas de sí deben hacerse en relación con los otros. No se da en una posición anacorética, contemplativa, ínclita, solitaria o solipsista. Aparece en la relación con los otros y con el mundo: con ojo visor del contexto en el que se mueve en la perspectiva de tener derecho a ser dichosos.

En tal caso, incumbe “conocerse a sí mismo” , prestar a atención a lo que se es, “auto conocerse” y, también, ser consciente de que se puede llegar a ser en un contexto determinado. Contrariamente, para tal efecto, no se puede “apartar de las sensaciones que engañan” o dejar que “el exterior influya” como lo pretendió la propuesta platónica y, seguramente, retomada por la concepción judeocristiana, para sus propios fines. Para tal efecto, es imperioso potenciar la metáfora del “verse a sí mismo” expuesta por Sócrates en el Alcibíades: “cuando el ojo percibe, cuando el ojo puede verse, cuando percibe la imagen que les devuelve un espejo” [4]. Cuando los ojos de una persona se mira en los ojos de otra persona, no es tanto para su propio regocijo o contemplación en una apuesta narcisista sino para descubrirse y descubrir el lugar del otro. Aquí vale también para el cuerpo. “Nuestro cuerpo lo percibimos por la mirada de los otros”: “no percibimos nuestro cuerpo tal como es , sólo captamos una representación material adulterad por la mirada de los demás”.[5] Entonces cabría preguntarnos si el modelo Barbie y Kent, del que habíamos hablando anteriormente, y que culturalmente se repite y se impone como un cliché, no es sino a la continuación de la cadena comunicativa de lo pedido por la sociedad de consumo: cuerpos dispuestos al uso: laboral, sexual, económico, comercial; o condenado al hambre, a la afrenta o al desempleo como contraste a cuerpos dichosos y deseantes.

El cuidado de sí tiene, también, otra arista: el cuidado del cuerpo. Para esto también nos referiremos al Alcibíades y a la hermenéutica que hace Foucault. Allí hay una referencia al ejercicio a la gimnasia pero también a las virtudes y que lo hacen los otros pueblos: “la riqueza, el lujo, las vestiduras, los ropajes, los perfumes, los cortejos de los servidores y la delicadeza de la vida de los persas (...) o la sobriedad de los lacedemonios, sus modales, su amenidad y su buen humor, su grandeza de alma, su disciplina, su valor, su pasión por los ejercicios, por los triunfos, por los honores”[6]. Incluso los ejercicios militares, y las actividades vigilantes, continuas, aplicadas y reguladas[7]. Para este fin también se requiere de “retirarse en sí mismo, retrotraerse”. Además la de emanciparse de tal manera que no haya nada que lo esclavice, ni deudas; sentirse feliz en su propia presencia, autosatisfacerse. En este sentido, desde el punto de vista médico es curarse, sanarse, abrir los abscesos, hacer terapia: cuidarse (therapeuein); desde lo jurídico es hacer valer sus derechos; desde lo religioso (respetarse, tener vergüenza de sí, desde lo humano, se dueño de sí mismo, auto complacerse, estar feliz, ser agradable para los otros).

Para todo lo anterior los enemigos serían por un lado los accidentes y las dificultades de la vida y, por el otro, los trastornos que estos accidentes puedan provocar. A este respecto, también surge la pregunta por ¿cómo curar las enfermedades causadas por los placeres, los deseos, las aflicciones, los temores, la codicia, las necedades, las injusticias y la multitud infinita de pasiones? Y ¿cómo salirse de los vicios, las dependencias que atrapan el cuerpo?

Referente a las prácticas de sí:

También hay unas prácticas de sí que también atienden al llamado de ocuparse de sí mismo. Tendrían que ver con el buen vestir del cuerpo:

“Tener una barba bien arreglada y una vestimenta apropiada; opuesto a esos filósofos de barba mal cuidada y ropa repugnante que corren por las calles”

Pareciera que el mismo diálogo platónico hiciera uso irónico de esta otra manera del ocuparse de sí, no obstante sabemos que para los griegos el cuidado del individuo están siempre relacionados. Por ejemplo frente al papel del docente dicen, también, ha de ser capaz del arte de la discusión, desde el debate intelectual que permite “liberar la verdad del error”. Focault, subraya, el individuo que tiene las dos cualidades del docente, (y aclara, del filósofo): “refutar y encauzar las inteligencias del otro, ese lograr transformar la actitud de quien se equivoca de tal modo”[8]. Podemos inferir que el papel del docente es el de agente cultura en tanto se vuelve consejero de la existencia del otro, consejero de la prudencia, de las circunstancias en las tarea de, también inquirirse a sí mismo.

Otro elemento que tiene que ver con la práctica de sí, es la importancia de las meditaciones, los ejercicios corporales, los balances diarios y el baño. Digamos que, en otras palabras, las tres esferas en la que se actualiza la práctica de sí es en “la dietética” (todo aquello que tiene que ver con la salud y el cuidado corporal) “lo económico” (el entorno, la tranquilidad y las condiciones para poder filosofar-el ocio, por ejemplo) y “lo erótico”. [9] Estos son los campos en los que se mueve la épica cotidiana. Para esto el individuo apela a algunas tecnologías del yo, como les llama Foucault: la franqueza, la revisión diaria de lo hecho y la constante purificación de sí mismo (dimensión catártica) etc.

Recabando en algunas de estas esferas, diríamos que las prácticas de sí tienen que ver con aquello de abordar el cuerpo no como tumba, o morada del alma, o censura sino como la adecuación al sí mismo y a la práctica de sí. En ocasiones, por ejemplo, cuando el vicio hace presa del individuo, es necesario un acontecimiento que sacuda y transforme de una sola vez el modo de ser del sujeto. Esto se da en la relación consigo mismo. Pareciera necesario que se produzca una ruptura para esa transfiguración para no hacer que el yo esté “esclavo, dependiente y forzado” [10].

En consecuencia el yo es el centro de atención. Es el puerto de salida y llegada, de huída y de regreso como el trompo que gira sobre sí. Y esta metáfora es bastante interesante de analizar: el trompo, aparentemente quieto, está en movimiento. Digamos que danza sobre sí. Es el arco iris de colores que se funden por la velocidad. Es la imagen de “examínate” del “conócete a ti mismo” platónico. Y aquí Foucault recaba en la imagen de no mirar por la ventana, sino cerrar los postigos para no entrometerse en los males de los otros sino en la reflexión inquieta pero dinámica del trompo que danza entre la oscuridad y la claridad, la danza sobre el sí mismo. Y en esta danza inmóvilmente dinámica hacer el inventario de nuestros deseos, de nuestras pasiones, de nuestras enfermedades en la tarea de “constituir , reconstruir una estética y una ética del yo” [11].

Lo anterior tiene un correlato con las prácticas de sí en su relación directa con el cuerpo. No en la perspectiva judeocristiana que pedía hacer exégesis de sí y negación de sí (el cuerpo como pecado). En el contexto en el que nos movemos es potenciar esto hacia encaminarse a otra menara de relacionarse con sigo mismo que no implica renunciarse (lacerarse, flagelarse, inclinarse, arrodillarse) ni negarse. Tal vez por eso, desde las tecnologías del yo, se requiera de la remembranza, la autobiografía, la escritura, el examen sobre las huellas, los rasguños y las caricias memorizadas en la piel. Conquistar, sanar, aflorar y sepultar las marcas profundas y las marcas superficiales en la perspectiva de conocerse, reconocerse, descubrirse. Todo esto en un ejercicio en donde se convoca a Némesis para que la huella, la cicatriz, la marca, la caricia nos lleve a descentrar acontecimientos vitales para tener prácticas de sí dichosas.

Así, desde estas prácticas encontremos nuestra identidad. Esa identidad que en otro momento y en otra circunstancia nos puede reflejar el iris del ojo del otro que se deja mirar y que me mira. La imagen que veo reflejada en el ojo de la persona que está al frente y que de manera franca me delata la imagen que tiene de mi. Allí, reflejado encontramos el ¿quiénes somos?, ¿cómo somos?, tal vez ¿para dónde vamos?, ¿cómo nos percibimos?, ¿cómo nos constituimos como sujetos?: barro, sangre, huesos, vísceras, aliento, sensorialidades, sensibilidad, halo. Y cómo nos constituimos en una unidad que nos funda como espacio, tiempo, ritmo, volumen, textura. Es la identidad del sujeto que somos y que podemos ser con respecto a nosotros mismos y en nuestra relación con los otros y con el mundo. Con segurizaciones que nos den fortaleza para el día de la aflicción. Aquí, recuerdo un poema Náhuatl que reconfirma esto: “ Cuando es preciso bailar, bailamos, Cuando hay que llorar lloramos”. En la perspectiva de que hay duelos, accidentes, enfermedades, muerte, pasiones tristes, diría Spinoza, que nos tiene que arrastrar hacia la vida, hacia las pasiones dichosas.

La meditación, la escritura y gimnasia.

La inquietud de sí y las prácticas de sí se proponen no como normatividad moral o como una estructura de disciplina sino como una ética de la existencia. Focault le llamaría a esto una estética de la existencia al modo como la abordaban los griegos. El propósito, en la constitución de sujetos, es liberarse del prestigio del sujeto jurídico moral, estructurado por la obediencia a la ley, sino como una estrategia para que el sujeto no sea un simple objeto de las técnicas de dominación.

Por otro lado, ¿cómo abordar un conocimiento también de sí , y no sólo de lo que deba conocer del exterior: Kant, en este aspecto es mucho más categórico. Lo que hace que el sujeto, tal como es, pueda conocer, es también lo que hace que no pueda conocerse a sí mismo;[12] esto es, renuncia a todo aquello que sustraiga al individuo de la búsqueda de la verdad[13]. Implícita en esta discusión es la propuesta alrededor de aquellas reglas que ordenan la vida, sin lugar a dudas regidas con mucha fuerza por el modelo espartano y por el modelo del ejército y las legiones romanas. La prueba vital con la abstinencia, la ascética entendida como “ el conjunto más o menos coordinado de ejercicios que son accesibles , recomendables e incluso obligatorios o, en todo caso, utilizables por los individuos en un sistema moral, filosófico y religioso, a fin de alcanzar un objetivo espiritual definido”[14].

A veces pareciera que estos ejercicios, son únicamente, mentales. Ya atrás habíamos colocado este punto de tensión en la relación mente – cuerpo. Por esto con la conducción de Foucault, y sin que sea una intencionalidad suya, encontramos una compuerta que nos ayuda en nuestras indagaciones alrededor de la relación entre cuerpo y constitución de sujetos. Es la relación meletan/graphein/gymnazein.

En cuanto al segundo aspecto, vale decirlo y resaltarlo, el papel tan importante que tienen la lectura y la escritura en la auto constitución del sí mismo.

PREGUNTAS PARA CONTINUAR

Un interrogante para continuar indagando surge a partir del planteamiento de Foucault de cómo la sexualidad es el revelador de las técnicas de existencia y práctica de sí. En este sentido es tal vez, en la sexualidad como se evidencian las identidades, sus transformaciones o fijaciones y su correspondencia con unos fines externos. Cabría también la pregunta sobre cuáles técnicas son más efectivas para la constitución del sujeto , Si las de dominación (poder) o las técnicas discursivas (saber); o, por el contrario las técnicas de sí.¿Qué experiencias estéticas pueden causar afectaciones e impresiones, de tal manera que le permitan reflexionar sobre la ubicación del cuerpo en la cultura? Cómo abordar la conciencia de sí y el cuidado de sí de tal manera que haya una apuesta por la vida? ¿Cuál sería el aporte que haría el juego, la expresión corporal y otros campos a la percepción y concepción del cuerpo del niño o del joven?. ¿Cómo pensar una pedagógica del cuerpo que aborde la construcción del conocimiento como “experiencia”?

Pero, además, cabría preguntarse, ¿si centramos la atención sobre una pedagogía del cuerpo, en nuestro caso, quién capitalizará estas acciones: acaso a una sociedad que está cada vez más embarcada en la globalización, en la producción de maquila, en la creación de mano de obra barata?. ¿Podremos, aparentemente, ser más modernos y propositivos si le sustraemos al estado la preocupación por el cuidado físico y la educación física del cuerpo? ¿al estado actual le interesará favorecer la educación integral de sus individuos?


ALGUNAS SALIDAS.

4.1 Desde la estética de la crueldad


La “estética de la crueldad”, inicialmente planteada por Antonin Artaud, en su libro “El Teatro de la Crueldad, es un camino de “provocar” reflexiones y acciones. Esta se plantea como un derrotero, como una manera de ejercer un pesimismo activo, que no se quede en la desesperanza y el desconsuelo y, para esto, señala algunas características de arte contemporáneo ante la crisis de la sociedad actual:

Ø El arte no puede seguir siendo ni ilustrativo ni narrativo ni decorativo. Lo que interesa no es la forma sensible sino la fuerza sensible del gesto y su potencia de afectación
Ø El arte y el artista no busca producir gusto, ni complacencia ante el placer o ante el dolor. Sólo busca, a través del gesto cruel, hacer sentir y pensar con crudeza nuestra realidad de finales y comienzo de siglo.
Ø Busca en el espectador un choque, cuestionarlo, hacerlo sentir, pensar de manera diferente.
Ø El arte es vida siempre y cuando se asuma de manera experimental

4.2 Spinoza y el cuerpo como potencialidad

Siponoza plantea que el cuerpo está en potencia de ser activo. Al hablar de que está en potencia es un cuerpo que todo el tiempo está dispuesto para...En capacidad de comprender, de conocer y de actuar. Y en esta tarea hay una indisolubilidad de cuerpo-alma. Entonces: cómo abordar seres dispuestos para ser afectados por la sabiduría y la dedicación? Foucault plantea otra posible salida: “el conatus de un cuerpo compuesto es también el esfuerzo de mantener el cuerpo apto para ser afectado de un gran número de maneras”[15].

A la sazón, si al individuo lo compulsan los deseos y estos naces de pasiones, estamos en potencia de ser, de hacer. No obstante, no somos unas esponjas para absorber ni recibir todas las afectaciones. Pareciera ser que funcionamos descartando aquellas cosas que nos convocan o que no nos suscitan nuestros deseos. Deleuze plantea esto de la siguiente manera: “seleccionamos las afecciones pasivas, eliminamos las tristezas, organizamos los encuentros, componemos las relaciones, aumentamos la potencia de actuar, experimentar al máximo de dichas”.

Algunas tecnologías del yo sacrificaban el cuerpo en beneficio del alma. Obviamente esto hacía que aumentar la dicotomía, colegimos, que hacen parte de los vestigios de la postura judeocristiana frente al cuerpo.

La dicotomía cuerpo-alma por mucho tiempo, determinó al individuo en direcciones contrarias: el cuerpo es y ha sido objeto de tabú, proscripción, exaltación económica y política (el modelo Barbie y el modelo Kent) prohibición, manipulación, constreñimientos, incluso, a la extinción (cuerpos en inanición, el ahogamiento, el descuartizamiento, etc.). Modelos que desde la publicidad o desde los íconos contemporáneos marcan las maneras de ser de los cuerpos.

Detengámonos en una máxima que aparece en el Alcibíades: “conociéndonos podremos conocer la manera de cuidar de nosotros mismos” y contrastémoslo con algo que dice Zarathustra en “De los sublimes”: “y sólo cuando se aleje de sí mismo podrá saltar por encima de su sombra, y penetrará en su sol”.[16] Nietzsche, presenta su preocupación por la “superación de sí mismo”, y por los “despreciadores del cuerpo”. Aquí encontramos una compuerta de salida a la preocupación inicial que nos asalta. Planteémoslo claramente: es necesario que cada uno conozca a sí mismo para cuidar de sí mismo. En este sentido es necesario hacerse ligero, quitar atavíos que impiden ser. No obstante, antes que esto es necesario mirarse.

La posibilidad que el ser humano se conozca corporalmente, o ejemplo, mediante la relajación, es el deseo manifiesto de volver sobre sí mismo. Es la intencionalidad de que corporalmente hayan procesos pedagógicos intencionados y vividos conscientemente encontrando su lugar en la vida (para algunos podría ser un oasis en medio de la barahúnda y el bullicio). A este respecto el arte, en general, podría suscitar y despertar el “sentido del ser”. Para esto tenemos variedad de instrumentos: relajación, juegos rítmicos, imágenes simbólicas, espacios potenciales, etc....

4.3 La constitución de terceras zonas

Desde la expresión artística y el juego se apuesta por una formación integral que no insiste en la división entre mente y cuerpo. Por el contrario, esta nueva unidad acuña el concepto de cuerpo que, además, se aborda como un a “presencia” expresiva y potencial que se “pone en escena” en piezas simbólicas y en intencionalidades creativas.

El juego se plantea como tercera zona[17], es decir, como aquel espacio en donde se da el tiempo y el lugar a la experiencia cultural que implica un vivir creador capaz de establecer nexos entre el mundo interior y el mundo exterior, cuya intención es dar lugar a la conformación de un espacio potencial resultante de la articulación de lo imaginario y lo real en una producción concreta que decanta y hace posible el nexo con la vida.

En la intención de comprender la dinámica de la sociedad para potenciar la vida, de explicarse y actuar frente a, por ejemplo, las relaciones intergeneracionales o el consumo de drogas. Bien podría hacerse una apuesta por el juego. Aquí, por excelencia, se visibiliza el cuerpo como portador de sentido y de formas de expresión en la relación con el otro. También surge como garante de sensaciones que evocan estados anhelados por los sujetos, y que pueden ser leídas en los gestos de los jóvenes bajo el efecto de psicoactivos;

El arte y el juego abordan este nuevo concepto de cuerpo como elemento plástico en su poder expresivo, como instrumento polivalente de la acción, de creación; es el cuerpo que expresa, el cuerpo que piensa, el cuerpo que anhela, el cuerpo que desea, el cuerpo que juega, el cuerpo que siente, el cuerpo que crea, el cuerpo que sueña y que está en potencia de comunicar. Si se quiere, se afronta como un signo- símbolo en el contexto del espacio expresivo. En estas relaciones se ubica para segurizarse, ejercer su dominio, manifestar su potencia o darle paso a inseguridades, miedos, soledades, risas, tristezas que la sociedad excluye.

La propuesta, en su componente investigativo, se plantea a partir de la indagación y la problematización de algunas prácticas cotidianas: ¿Cómo las vivencias (experiencias) han permitido construirme, preguntarme, serme?, ¿Cómo las vivencias (experiencias) han afectado el ser y el hacer con los otros? ¿Qué conexiones son posibles establecer entre las distintas experiencias en relación con la construcción de los sujetos que están en la escuela?. ¿Cuál es el sentido del arte en la escuela?. ¿Cómo el arte crea espacios potenciales, para la constitución de sujetos?.

El área de la experiencia cultural comienza en el juego. Entiende el jugar en tanto experiencia que dispone la tercera zona fortaleciendo lo real y lo imaginario en una creación propia, individual o colectiva diferente a la existente en un lugar y tiempo virtual no dependiente del contexto real; y que convoca a los sujetos un profundo compromiso de acción o realización que no depende de los objetos sino de sus posibilidades de creación de nuevas realidades. Esta postura convoca al campo total de la experiencia, incluyendo las artes, los mitos de la historia, la lenta marcha del pensamiento filosófico y los misterios de la matemática, del manejo del grupo y de la religión.

A este respecto, vale mencionar, que los sujetos no pueden ser creativos cuando están atrapados en su propias compulsiones ocasionadas en su pasado o en su deber ser. Entonces, ¿Cómo potenciar la vida? ¿Es posible crear “ambientes” que alienten la pasión, el deseo, la esperanza? Se trata de proponer una gama de espacios y tiempos para la constitución de la “tercera zona” a partir de los espacios potenciales enunciados más arriba. Esto supone un direccionamiento pedagógico en aras diseñar espacios con éste propósito. Es orientar acciones de forma intencional que convoquen el deseo y los intereses en la interacción cotidiana.

De otro lado, las maneras de abordar el conocimiento, desde el surgimiento de la escuela, dejaron de lado la experiencia como aquella manera de ser sensible frente al saber[18]. Por ejemplo, en la escuela aún prevalecen las formas de trasmisión en donde todo se dirige a la disposición intelectual de la mente para “conocer”. No se aborda el cuerpo sujeto como el eje vital y potencial del ser humano y con el cual percibe, siente, actúa y expresa el mundo. De allí la necesidad de posicionar el cuerpo deseante a través del cual el sujeto se constituye. Este es el punto de partida, que si se logra tejer y tramar por acuerdo colectivo, se vuelve un dispositivo potente. No basta que la invitación venga de afuera, es indispensable que el reto se convierta en imaginación y éste, a su vez, en deseo. Deseo pulsional, deseo que potencie la idea. Por lo tanto es necesario reiterar la necesidad de crear espacios potenciales que permitan ser, desear, vivir, experimentar hilar y tejer con todo el cuerpo.




No se aborda el cuerpo sujeto como el eje vital y potencial del ser humano y con el cual percibe, siente, actúa y expresa el mundo. De allí la necesidad de posicionar el cuerpo deseante a través del cual el sujeto se constituye.
Es necesario reiterar la necesidad de crear espacios potenciales que permitan ser, desear, vivir, experimentar hilar y tejer con todo el cuerpo.

[1] FOUCAULT M, Hermenéutica del Sujeto. Fondo de Cultura Económica . Buenos Aires . 2.000. PG 29
[2] PLATON, Alcibíades o la Naturaleza Humana. Editorial LIBSA, Madrid. 2.001
[3] Félix Guatari propone pensar la alteridad como proyecto. Como posibilidad de heterogénesis de la subjetividad.
[4] PLATON. Alcibíades. PG 79.
[5] La danza de la realidad. ED Siruela 2.001
[6] PLATON. Alcibíades. PG 169
[7] PLATON. Alcibíades. PG 92
[8] FOUCAULT M, Hermenéutica del Sujeto. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires 2.000. PG 145
[9] ídem PG 165
[10] Idem. PG 211
[11] idem, PG 246
[12] Es necesario abordar la Crítica de la razón pura. Puesto que, al parecer en la Crítica de la Razón práctica hay una evolución hacia otro punto de vista.
[13] En esto no es generosa la explicación pero podríamos inferir son aquello que tiene que ver con la un cuerpo condenado a la abstinencia, las privaciones materiales, el hambre, el frío y cuyas prácticas, originalmente , propuestos por Séneca y los estoicos, y más tarde interpretadas por la vida monástica.
[14] FOUCAULT M, Hermenéutica del Sujeto. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires 2.000. PG 394

[15] DELEUZE Gilles. Spinoza y el problema de la expresión. Muchnik Editores. Barcelona 1975.
[16] NIETZSCHE f. Así Habló Zarathustra. En De lo sublime pg. 139.
[17] Winnicott D. W. Realidad y Juego. Editorial Paidos. 1992
[18] Tales son los rasgos generales, según Dewey, de una experiencia reflexiva: Hay: 1)perplejidad, confusión, duda, debido al hecho de que estamos envueltos en una situación incompleta cuyo carácter pleno no está todavía determinado; 2) una anticipación por conjetura, una tentativa de interpretación de los elementos dados, atribuyéndoles una tendencia a producir ciertas consecuencias; 3) una revisión cuidadosa(examen, inspección, exploración, análisis) de toda consideración asequible que definirá y aclarará el problema que se tiene entre manos;4)una elaboración consiguiente de la hipótesis presentada para hacerla más precisa y más consistente, porque comprende un campo más amplio de hechos; 5) apoyándose en la hipótesis proyectada como un plan de acción que se aplica al estado actual de cosas; haciendo algo directamente para producir el resultado anticipado y comprobando así la hipótesis. La extensión, pretensión y precisión de las etapas tercera y cuarta son las que distinguen una experiencia reflexiva característica de la realizada en un plano de ensayo y error. En “Democracia y Educación”. Ed Morata 2.004. PG 133