¿FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

¿FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS  DESEANTES?

¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

lunes, 5 de septiembre de 2011

BIOGRAFIA DEL CUERPO - E Villalba

PRIMERA ACTIVIDAD

Escrito reflexivo acerca de:
a. Situaciones y momentos que afectan(ron) la relación con mi cuerpo a partir de las lecturas sugeridas.

Siempre mire mi cuerpo con ojos muy críticos (demasiado críticos y endurecidos, hablando honestamente), bajo cuya lupa no perdonaba ninguna de mis “imperfecciones” (el cabello demasiado rizado, muy alta, extremadamente delgada, ojos muy negros, pies demasiado grandes, etc.); y todo esto porque tenía un concepto errado acerca de la perfección.
Una situación que, no solo afecto sino que marco positivamente, mi relación con mi cuerpo fue la lectura del libro de Salmos capitulo 139 (versículos del 13 al 16).[i]
Allí que Dios mismo (con sus manos) formo mi cuerpo en el vientre de mi madre, que cada parte de mi fue hecha delicadamente por El, y que aun cuando lo hizo en la profundidad de la tierra (el vientre de mi madre) mi cuerpo no fue oculto para Sus ojos y El vio mi embrión y hasta allí llegó Su majestad para formarme.
Yo aprendí algo realmente maravilloso, además, y es que Dios tiene un libreo de diseños y cuando me hizo allí en mi madre, el me comparó con Su diseño original y vio que no me hacía falta nada. Desde entonces mi relación con mi cuerpo cambio de una manera radical, porque sé que yo (y cada ser humano sobre la tierra) soy creación perfecta del Dios vivo que creo los cielos y la tierra. Sé que Dios se tomo el trabajo de escoger mi cabello, el color de mis ojos, mi estatura y todo acerca de mi. Hoy sé que tengo todo lo que necesito para cumplir el propósito de Dios en la tierra y no me hace falta nada. No necesito tener el cabello liso, ni rubio, ni ojos azules o verdes, o que se yo, no necesito seguir un “modelo o patrón” en la tierra, pues soy única y especial tesoro para mi Padre.
Entonces conseguí aceptar mi cuerpo (tal como soy), pero no con resignación, sino con el pleno convencimiento de la perfección de Dios en mi vida. Y es que algo fundamental para el ser humano es saber quién es y cual es mi origen; pues cuando tengo identidad ya no nado haciendo preguntas al mundo (los que están a mi alrededor) para que me digan quien soy o que tengo. Se cuanto valgo (Dios mío la sangre de Cristo) y que tengo un propósito en la tierra.
Esta verdad cambio mi vida y ahora tengo una excelente relación con Dios y conmigo misma, me veo con los ojos de la benevolencia del Señor y también aprendí a ver a los otros con esos ojos, pues TODOS hemos sido creados a imagen y semejanza del Dios todopoderoso.

b. Biografía de mi cuerpo (a partir de la lectura “Muñecos y Maquinas”)
De cierta manera las disciplinas impartidas por la sociedad, desde cualquier plataforma (escuela, familia, etc.) marcan en el individuo su relación con el cuerpo en cuanto, no solo a la aceptación del mismo, sino en la forma de comportarse (manejo y/o sometimiento). Afortunadamente mi cuerpo no se vio sometido a la tortura de la perfección física, pues los modelos de entonces no eran tan estrictos, como los actuales; pero si sufrió la rigurosa norma del comportamiento social. Y esto dejó huellas que aun han sobrepasado generaciones (tales como el simple hecho de no colocar los codos en la mesa, cosa que un cuando quisiera hacer definitivamente no puedo). Una de las cosas más marcadas del periodo de la niñez de mi cuerpo fue la expresión verbal, pues no podía (bajo ninguna circunstancia) participar, opinar y/o interrumpir conversaciones entre los mayores, a menos que fuera requerido por los adultos participantes, y una de las huellas que dejo (ya superada, gracias a Dios), fue el poder expresar libremente la propia opinión, (sin buscar agradar y/o desagradar a alguien, solo decir lo que se piensa), tanto así que las posiciones (políticas y sociales) se fabricaban de acuerdo con las posturas de la autoridad del momento.
En los años de la educación primaria y secundaria, mi cuerpo vivió la rudeza de la imposición de la educación física y la obligación de participar en un deporte. Para ser honesta, mi cuerpo no era que contara con muchas habilidades deportivas y debió someterse a un entrenamiento más agresivo que el resto (y no para ser una estrella precisamente, solo para llevar el ritmo de los demás), y así conseguir una sencilla calificación que no bajara el nivel académico general. Terrible, pero pudo sobrellevarse sobre todo cuando se mezclo con danza y arte escénico (teatro) que ayudaron mucho a llevar a cabo exitosamente esta penosa tarea.
Pero en medio de todo, debo reconocer que esta influencia acerca de los modales, disciplina y trabajo físico fueron de ayuda para que mi cuerpo se mantuviese activo y sano hasta el día de hoy.