El sueño de muchos seres humanos, las fantasìas que a veces construimos, nos pueden conducir a un desenlace fatal. Una mujer, de edad madura, viuda y con un hijo varòn, en medio de la soledad y sin poder aceptar el paso de los años, el cambio de su cuerpo y la añoranza de sus sueños no cumplidos, la llevan a empezar una dieta rigurosa, con la cual, cree, poder lucir nuevamente esbelta y usar su precioso traje rojo, el que hace muchos años guarda como sìmbolo de su cuerpo perdido, y, de este modo participar en un programa de televisiòn. Es lamentable como lucha contra sì misma, desgasta su cuerpo, el hambre la lleva a alucinar y a volverse pràcticamente loca. Termina por descomponer totalmente su figura, ahora maltrecha y despeinada vaga por las calles, va al estudio de televisiòn y de allì es conducida a un manicomio, donde es sometida a tratamientos tortuosos. Su vida fue mal orientada, un amor mal entendido hizo que su ùnico hijo nunca la valorara, que no tomara responsabilidad frente a sì mismo, a su cuerpo como portador de sentimientos, no le orientò hacia el cuidado de sì, porque todo se lo daba sin reparo, el muchacho ingresò a las drogas, empeñaba la ùnica compañia de su mamà, el televisor, ella corrìa de inmediato a pagar para volverlo a tener, grave porque èl continuaba haciendo lo mismo.
Se inyectò hasta el punto de gangrenar su brazo, fue amputado y qèdò en una càrcel.
Es evidente que las madres no podemos llevarlos siempre de la mano, pueden fugarse, sin embargo el amor mal entendido si nos lleva a perder el horizonte. Se cuestiona el ser, desde su sentir, su pensar desde la corporizaciòn.
Indudablemente la cinta busca a travès de la escena cruel, hacer sentir y pensar con crudeza nuestra realidad de finales y comienzo de siglo, ello se aprecia tambièn en la venta del cuerpo, en el intercambio de sexo por droga que hace la compañera sentimental del joven cuando ya el dinero se agota y entra en explosiòn, en grito, su cuerpo hace esfuerzos por obtener la sustancia que lo" mantiene", es crueldad clara cuando ante un grupo de hombres morbosos la joven somete su cuerpo a los màs bajos instintos y al colmo de la tortura, su placer se da en el instante que logra conseguir la droga, sin embargo es un placer mezclado con el desconsuelo y el deseo de no seguir existiendo. Cuerpos en crisis, al borde, por un dejarse absorber de una sociedad de consumo que sòlo busca como el pez, el màs grande acabar con el màs chico, engullirse con èl hasta el hastìo y abandonarlo a su suerte.
Se eriza la piel, se arruga el corazòn, se entrelazan las neuronas, se movilizan las fibras, SE SIENTE, al apreciar la cinta.
VILMA DEL SOCORRO CÀRDENAS G.
ESTUDIANTE PEDAGOGÌA DEL CUERPO
REGIONAL ANTIOQUIA.
¿FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

sábado, 4 de octubre de 2008
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1 comentario:
La película en si causa mucho impacto ya que se divide en tres cuadros haciéndonos reflexionar acerca de lo que creemos y lo que experimentamos a través de nuestros sentidos corporales. Por una parte se ve como no es nada nuevo la influencia de los medios de comunicación sobre decisiones en nuestra vida, tal es el caso de la mamá de uno de los protagonistas quien en su delirio por ser aceptada, querida y dejar a un lado la soledad que la invadía, incurre en medidas extremas como es el de tomar medicamentos que acaban terminando con su calidad de vida y por supuesto con su salud. Mientras tanto su hijo caía cada vez más en la droga. Lo que quiero señalar a partir de esto es que es increíble ver hasta que punto el maltrato a nuestro cuerpo empieza sutilmente, y es como un pequeño parasito que puede dañar y destruir de una manera invasiva y fulminante, no solo física sino psicológicamente, pues cuantas veces no es en nuestra mente donde empiezan los pensamientos perversos que maquinan el mal.
DEISY ANDREA RAMOS CONTRERAS
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