Te prometo que en diez años mi mente y mi cuerpo estarán perfectamente condicionados para amar, pensar y sentir de determinada manera.
Cuando los prejuicios contaminan la mente la fuerza creadora del cuerpo se debilita. Este acto de ternura y afecto será transformado por los discursos y concepciones de sujeto, sexualidad, amor, genero etc. que configuran nuestra sociedad. Desafortunadamente la libertad y la afectividad que a esta edad se expresa con el cuerpo se van debilitando con los años y aquello que nos impulsaba a sentir y disfrutar todas las posibles manifestaciones de una sexualidad creadora se tornan confusas y muchas veces dolorosas. Es el caso de un niño que a los diez años descubre que es rechazado por sus padres y compañeros de clase a causa de sus preferencias sexuales.
Cuando los prejuicios contaminan la mente la fuerza creadora del cuerpo se debilita. Este acto de ternura y afecto será transformado por los discursos y concepciones de sujeto, sexualidad, amor, genero etc. que configuran nuestra sociedad. Desafortunadamente la libertad y la afectividad que a esta edad se expresa con el cuerpo se van debilitando con los años y aquello que nos impulsaba a sentir y disfrutar todas las posibles manifestaciones de una sexualidad creadora se tornan confusas y muchas veces dolorosas. Es el caso de un niño que a los diez años descubre que es rechazado por sus padres y compañeros de clase a causa de sus preferencias sexuales.
ALEJANDRA BOTERO
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